miércoles, 31 de mayo de 2017

LA POBLACIÓN BLANCA. ALBA DE CERRATO

CERRATO POR CAMPANAS


ALBA DE CERRATO

Al municipio y localidad de Alba de Cerrato le corresponde por orden alfabético encabezar el listado de municipios palentinos de la Comarca del Cerrato Castellano. El día de primavera que me detuve en esta localidad hacía unas horas que había salido el sol pero, nada impidió que adoptara un estado emocional de amanecida al recordar que la palabra "alba" de origen latino, significa aurora, amanecer y que tiene que ver con lo que expresa renovación, la fuerza de un nuevo día, la luz natural, como lo era el sol en aquella mañana de mayo que tenía lo que un verdadero agente de la propiedad: seguridad, claridad y encanto. Un aliado perfecto para transitar por el casco urbano y alrededores de la antigua "Alisa" (población blanca).
La relación de los recursos históricos y secuencias temporales del lugar de "Alua" (Alba de Cerrato) que ocupa de la comarca cerrateña una superficie de 35 kilómetros cuadrados, dice que fue repoblado y fortificado por los ejércitos cristianos en el último tercio del siglo IX con la reconquista de los territorios al norte del Duero. En el año 1034 el rey Sancho (el Mayor o el Grande) restaura la sede palentina y en el siguiente hace donación del lugar de Alba con todos sus términos al Obispo de Palencia. El pueblo estuvo fortificado y rodeado con una fuerte muralla de la que nada queda.

IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DEL CORTIJO

En el siglo XIII fue edificada una iglesia bajo la advocación de Santa María al estilo románico-mudéjar y tres siglos después, la ermita dedicada a Ntra Sra del Arrabal. El templo parroquial por sucesivas intervenciones fue cambiando su estructura original para llegar hasta nuestros días muy reconstruida y bajo la advocación de Nuestra señora del Cortijo. De una sola nave y sólida torre, conserva del pasado su ábside románico-morisco. 
En el siglo XVI, Alba de Cerrato recibe el rango de villa y de la misma época data el Rollo de Justicia, declarado Bien de Interés Cultural en 1960 y su escudo blasonado. Otras edificaciones civiles, las bodegas, el paso de la Cañada Real Burgalesa, los palomares, las casas subterráneas, las yeseras y singulares parajes autóctonos, dan para extraer largo y tendido de su historia pero son con diferencia sus habitantes los mejores narradores para alcanzar la información más directa en cuanto a modos de vida, tradiciones, cambios, preocupaciones, oportunidades de presente y chascarrillos.