viernes, 17 de noviembre de 2017

UNA DE ROMANOS POR QUINTANILLA

ASOMARSE A QUINTANILLA DE LA CUEZA O DE NOSTALGIAS ÚTILES

Cuando se sabe de un lugar más de lo que se puede contar porque se conoce y se estima, el mayor regocijo es honrarlo. Quintanilla de la Cueza, Tierra de Campos de la provincia de Palencia, se contenta con saber que existe, dice alguno que tiene aquí sus raíces. Su término municipal es una localidad y pedanía que depende del municipio de Cervatos de la Cueza.
Fui de acompañante a desempolvar recuerdos y a tomar imágenes de este lugar y asentamiento con pocos habitantes y de humilde condición del que creo, que lejos de todo aparato y solemnidad y en su carácter rural, le quedan restos de extraordinaria distinción.


Una primera parada en "la buenamoza", la firme y vieja torre románica adosada al cementerio que milagrosamente conserva las campanas. Desde este punto más alto hay dos opciones de descenso: una primera y segura, retornar por el camino convencional; la otra, directa y más emocionante, ladera abajo sorteando las bodegas siempre y cuando, uno se fíe de su buen equilibrio y técnica para hacerlo sin riesgos. Ésta última era la más excitante y preferida antaño por los chiguitos para llegar a "la campa" y lugar de las sentadas de verano a la sombra de la iglesia y otear las últimas casas del pueblo, la vieja escuela, el camino la fuente, la cueza...
La parroquia de Quintanilla lleva el nombre de la Asunción y es obvio que precisa de algunas intervenciones en su fábrica; del interior destacan los artesonados mudéjares y un monumental retablo renacentista. La localidad se codea con el Camino de Santiago como lugar de paso pero en los mapas aparece destacada por el asentamiento de la Villa Romana del pago de La Tejada. Descubierta en 1970 por Esteban G.A, agricultor y vecino del pueblo en unas tierras de su propiedad. Al hacerse cargo de ella las instituciones y actuar sobre el descubrimiento, salieron a luz diferentes estancias y objetos de notable valor artístico y arqueológico de los primeros siglos de nuestra era. Las Cuatro Estaciones, el de Octógonos y Óvalos, el de los nudos de Salomón, el de los Peces, el de Neptuno o el de Leda, son de los más llamativos y mejor conservados del conjunto de mosaicos aparecidos. Igualmente interesante el tramado del sistema de calor radiante "hipocaustum" que por medio de las glorietas fuera tan utilizado en el tiempo como sistema de calefacción en las viviendas castellanas. Los romanos en el día a día, gustaban mucho de las termas o baños y en las casas de campo de los ricos se cuidaba este aspecto por necesidades y beneficios. La hacienda debía gozar de una buena economía por el número de estancias que se han sacado a la luz por ahora.
Este año la tierra lo han pasado mal porque no ha llovido. Se resigna y resiste; y los pueblos..., los pueblos siguen en sentir profundo con su historia, hospitalidad, sencillez y verdad. 

















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