Quién haya tenido alguna vez un encuentro en la vida de un sitio nuevo que pareciera esperar y que pone el alma en vilo, se le abren todas las puertas y se hace de él posesión y defensa. Una mañana de este otoño, en carretera y cuando el sol descendía con más fuerza de Ribas de Campos a Monzón de Campos, provincia de Palencia tomamos a la margen derecha el camino a una propiedad particular donde está ubicado el nombrado monasterio de Santa Cruz de la Zarza. La intención en principio se conformaba con tomar unas fotografías exteriores pero al punto, vemos a un grupo de personas salir del recinto y nos acercamos para preguntar si nos permiten la entrada. ¡Ningún problema! fue la respuesta en actitud amable y generosa de Julio Martín, alcalde de Ribas de Campos que hace de anfitrión y guía. Así que una vez dentro, sin reparar en la hora ni en la circunstancias (no teníamos concertada la visita), las probabilidades se hacen resultado y el tiempo se detiene. Observamos. Escuchamos. Preguntamos. Comentamos. Imaginamos. Aprendemos. Apreciamos. El templo tiene mucho de "herido". Hay iniciativas para revertir esta situación tan novedosa como necesaria por la que hay empeño y trabajo. Se necesitan apoyos y financiación a presente y a futuro.
La iglesia y la sala capitular son la parte del conjunto monacal que se conservan más o menos íntegras. Los datos sobre el monumento dicen que allí se estableció un cenobio de la orden Premonstratense. De estilo cisterciense-protogótico, fue fundado hacia 1176 y abandonado en 1627. De sus secuencias históricas más desfavorables, se sabe que fue afectado por un incendio en 1715, por una devastadora inundación en 1739 y por la desamortización. Tiene la advocación de Santa Cruz de Ribas, o de la Zarza y fue declarado Monumento Histórico Artístico de interés nacional en 1931. En la actualidad el monumento está cedido al Ayuntamiento de Ribas de Campos muy comprometido con su restauración y utilidad pública.
Por años de abandono y otras circunstancias, del recinto desaparecieron los retablos y el mobiliario portable, pero la arquitectura, en su sobria desnudez, parece que se conserva intacta. La torre ha sido la más beneficiada en la actualidad con una intervención a punto de completarse. Las obras han ido a sus fábricas, cubierta y a una escalera de acceso.
Dejamos firma en el registro de visitas, la intención de volver y una felicitación al regidor municipal de Ribas por la voluntad, decisión y esfuerzo en recuperar y poner en valor esta joya.
El álbum fotográfico es tan extenso que en esta entrada damos el protagonismo a la iglesia y dedicaremos una segunda a la hermosa sala capitular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario