Villamuriel de Cerrato, en la Comarca del Cerrato Palentino, respira por la festividad de la Ascensión en clave de fiestas patronales. La población hace piña por las calles y lugares de tradición esperando de corazón a que ocurra lo que se espera de toda buena fiesta con raíces y espíritu. En contrapunto al bullicio de las masivas concentraciones urbanas, al ruido fiestero y a los protocolos de programa, el municipio ofrece otros lugares abiertos y con categoría que en este mes de mayo engatusan y regalan su mejor versión práctica y realista.
Así que si lo que se busca es deleite y sencillez, fuerza en los pulmones, sentirse elegantemente tristes, melancólicos o nostálgicos sin ser observados o por el contrario, se les antoja dejar fluir la alegría con extravagancia o abrir felicitaciones desde la mente el sitio que propongo está en Soto Alburez, en la ruta del Ramal Sur del Canal de Castilla y apenas a tres kilómetros de la villa. Allí tiene santo y seña: la naturaleza, la piedra al servicio de la ingeniería, el espacio, el agua, el estar y el bienestar.
En esta entrada he elegido del entorno, las flores porque es primavera, es mayo y celebran los lugareños a la patrona, La Virgen del Milagro. Hay invitación a participar en una ofrenda floral por parte de los vecinos que lo deseen y se me ocurre que igualmente aceptará la Señora de Santa María todas las flores espontáneas que crecen por campos, caminos y riberas del canal con las palabras del poeta:
Se auparon por mirarle los senderos
sobre el verde cargado de espesura
y las flores trenzaron hermosura
en arcos victoriosos y festeros