LOS MOLINOS Y LA POZA
Hace una semana en una localidad de la Montaña Palentina se festejaba un emotivo encuentro que la prensa titulaba
Regreso a los orígenes de Triollo (19 de agosto 2018-Diario Palentino).
Hace una semana en una localidad de la Montaña Palentina se festejaba un emotivo encuentro que la prensa titulaba
Regreso a los orígenes de Triollo (19 de agosto 2018-Diario Palentino).
Daban los asistentes una gran sensación de felicidad, probablemente porque en la fiesta, que pretendía ser de homenaje, hubo presencia, hogar, afecto... Cuánto llena una vida... Necesariamente, también recuerdos por todos los aires del pensamiento.
La jornada anterior había estado en la localidad. Triollo se me antoja un escondite, un respiro, una necesidad benévola. Estancia corta pero suficiente para definir conceptos hondos y de intenso contenido anímico.
Encontré el pueblo, estéticamente muy cambiado; se han levantado nuevas casas y otras se han ampliado y embellecido; las calles en agosto están llenas de coches que deduces de personas y familias en sus estancias largas de verano o simplemente de paso; dá igual, por regla preceptiva todo el mundo se saluda aunque no se conozca.
Visto el pueblo, para un paseo largo hay dos opciones a elegir: hacia la montaña o hacia el río para caminar la ribera del Carrión entre Triollo y Vidrieros.
El recorrido desde la cola del pantano hasta "la poza" es repetido por aquellos que buscan solaz y esparcimiento; naturaleza y algunos elementos artificiosos dan para conjugar todo tipo de sensaciones. Dos viejos molinos a punto de desaparecer con sus canalizaciones yacen en unos entornos ribereños por el paso del Carrión.
Me remito a las fotografías sin más descripciones que inventar, si acaso, una última recomendación: hagan lo posible por perderse por allí.
La jornada anterior había estado en la localidad. Triollo se me antoja un escondite, un respiro, una necesidad benévola. Estancia corta pero suficiente para definir conceptos hondos y de intenso contenido anímico.
Encontré el pueblo, estéticamente muy cambiado; se han levantado nuevas casas y otras se han ampliado y embellecido; las calles en agosto están llenas de coches que deduces de personas y familias en sus estancias largas de verano o simplemente de paso; dá igual, por regla preceptiva todo el mundo se saluda aunque no se conozca.
Visto el pueblo, para un paseo largo hay dos opciones a elegir: hacia la montaña o hacia el río para caminar la ribera del Carrión entre Triollo y Vidrieros.
El recorrido desde la cola del pantano hasta "la poza" es repetido por aquellos que buscan solaz y esparcimiento; naturaleza y algunos elementos artificiosos dan para conjugar todo tipo de sensaciones. Dos viejos molinos a punto de desaparecer con sus canalizaciones yacen en unos entornos ribereños por el paso del Carrión.
Me remito a las fotografías sin más descripciones que inventar, si acaso, una última recomendación: hagan lo posible por perderse por allí.
A la orilla del río
lavé mi cara.
Mira tú que "moreno"
da el agua clara. (E.Palacios)
LOS MOLINOS
LA POZA
YA VEN, EL CARDO Y LA FLOR