La capacidad de reaccionar es una de las cualidades fundamentales de la naturaleza y del hombre. La vida no es un estado inalterable, sino un juego de fuerzas movido y equilibrado que tiene sus momentos cruciales, que llegan para sorprendernos con su tremendo poder y fuerza. El marco geográfico se manifiesta en el paisaje por la combinación de clima, roquedo y vegetación, junto a las lineas trazadas por las aguas corrientes. En Palencia, el Carrión da entrada a la división paisajística en el hábitat urbano. La imagen de la ciudad se reinventa en cada estación y cada nuevo año añade al anterior historias, hechos para los que a veces se necesita tomar cierta distancia temporal para conocerlos bien. Como seres vivos dependemos de nuestros contactos con el medio ambiente, es el que nos da las noticias y la magnitud de la actividad natural en un intercambio de señales, producidas por fenómenos determinados, y en momentos concretos. Es el caso de las copiosas lluvias y crecidas del Carrión de finales del mes de diciembre de 2019. Las imágenes, una mirada, una incursión por una de sus riberas a su paso por la ciudad un mes después de la gran avenida. El río, fuente de vida y recursos económicos inagotables tiene el peligro latente de sus crecidas que una vez pasadas obliga a la reparación de los daños y a la adopción de medidas de índole ambiental en el espacio hidraúlico y en el público para que todo vuelva a la normalidad. Llevará su tiempo completar las labores de limpieza y retirada de los restos vegetales, y queda mucho invierno, y pasarán otras borrascas y volverán a ser noticia, pero en esta mañana de fotografía reinaba la calma por las orilla del río y elegí quedar por allí. Al hilo, una publicación:
https://www.elnortedecastilla.es/palencia/ayuntamiento-palencia-afronta-20200120193234-nt.html
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