San Cebrián de Campos se asienta sobre la fértil vega del Carrión y al amparo de su monumental iglesia de San Cornelio y San Cipriano edificada en el siglo XIV y teminada en 1498. Como en toda la comarca de Tierra de Campos, la agricultura y la ganadería han sido la base de su economía. Los cereales, el ganado lanar, los viñedos, y de regadío, la introducción de la remolacha azucarera y otros cultivos alternativos, son intrínsecos al municipio, como lo es, el carácter festivo y participativo de sus habitantes en lo referente a eventos, ritos y tradiciones.
La iglesia de San Cornelio y San Cipriano, junto con la ermita de la Virgen del Prado son la expresión física de la importancia del hecho religioso local. La parroquia, con declaración regional de Monumento Nacional desde el año 2000 es un monumento extraordinario por sus dimensiones y por las riquezas artísticas que alberga en su interior. La fábrica de San Cornelio y San Cipriano data del siglo XIII, de una sola nave, con crucero y una imponente torre. Son las técnicas de su construcción y estética, eminentemente militarista y defensiva lo que testimonia el grosor de sus muros. En el interior, es en el detalle de los retablos, tallas y pinturas donde hay que poner la mirada. Conserva cuatro retablos, tres barrocos y uno rococó. El retablo mayor consta de cuatro pisos y ático, tres calles y cuatro entrecalles, todo él, profusamente decorado sobre fondo dorado.
La calle, la plaza y la bodega, son elementos esenciales en la vida comunitaria de los pinchorreros (gentilicio) activos y tradicionales celebrando cada año un amplio programa de festejos culturales, religiosos y lúdicos.