Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988, Salamanca es la tercera ciudad más poblada de Castilla y León y una de las más privilegiadas en cuanto a patrimonio histórico-artístico y cultural. Los principales estilos arquitectónicos se dan cita en esta vieja ciudad emporio del plateresco, estilo renacentista español de finales del siglo XV a la primera mitad del siglo XVI.
La Catedral Vieja y numerosas iglesias están construidas bajo las normas del estilo románico; el gótico, menos prodigado, tiene un hermoso ejemplo en gran parte de la Catedral Nueva. Damos por hecho que Salamanca es monumental, singular, un paseo por sus calles es un continuo desfilar de monumentos cargados de arte, de historia, de belleza, de vida y atractivo.
El principal conjunto de edificios religiosos lo forman las dos catedrales: la Catedral Vieja de Santa María se empezó a construir al comienzo del siglo XII. A finales del siglo XV se vió que este templo se había quedado pequeño para la creciente feligresía y de ahí que en 1513 se inician las obras de la Catedral Nueva. Con el compromiso de respetar la Vieja a la que las nuevas obras solo afectaron al claustro, el nuevo edificio se realizó bajo los cánones artísticos góticos, pero en el siglo XVIII al hacerse cargo de las obras Churriguera se acentuaron los caracteres barrocos. Con estas pinceladas generales mi atención se dirige hacia la torre de las campanas de este magnifico conjunto catedralicio. La subida al campanario implica el ascenso en caracol de 270 escalones.
La catedral Vieja tenía en origen dos torres; la más alta al construirse la catedral Nueva quedó entre las fachadas de ambas. Con más de 100 metros de altura, incluida la veleta, la torre de las campanas tiene una larga historia por sus muchas ampliaciones, reformas y sobresaltos; la caída de un rayo en 1705, el terremoto de Lisboa de 1755 o el incendio de julio de 1900, la afectaron gravemente dando lugar a sucesivas obras y transformaciones de los elementos campaniles.
Mandaban las disposiciones canónicas que las catedrales tuvieran, al menos, cinco campanas. En la torre de la Catedral de Salamanca se ofrecen catorce y de distintas épocas. La de mayor fama es la "María de la O" o campana gorda de 1.552 kilos de peso y 160 centímetros de diámetro. Esquilones (de volteo/bandeo/martillo o fija) llevan nombres como la Santa Bárbara, San Miguel, San Francisco, San Diego, Ntra. Sra. de la Asunción, Santiago o la Santa María. Inaccesible para el visitante, queda la campana dentro de la linterna que remata la cúpula, pero hasta ella llega en una espectacular escalada, el popular "Mariquelo" de la tradicional salmantina. Otro dato que llama la atención es la cantidad de inscripciones (frases piadosas) grabadas en los muros del cuerpo con ventanales donde se alojan la mayoría de las campanas.
A modo de conclusión, parte de un texto en un panel informativo donde se lee:
"... una ascensión que en su paso por la Torre Mocha, la Sala del Alcaide, la Sala de la Bóveda, la Torre del Gallo, las Terrazas y la Sala del Reloj, nos permite experimentar de un modo poético y también vital, cómo nos despojamos de pesos, preocupaciones y miserias y nos íbamos haciendo más livianos, "más ser y menos tener", para poder así acercarnos mejor a lo más alto, al CIELO"... como lugar-estado de ánimo, en el que sobre todo, se está bien en paz, el espacio de la luz, la transparencia, el que nos hace un poco más eternos y mejores. Y todo ello con la música de las campanas que nos envuelve, música social y música del cielo".
"... una ascensión que en su paso por la Torre Mocha, la Sala del Alcaide, la Sala de la Bóveda, la Torre del Gallo, las Terrazas y la Sala del Reloj, nos permite experimentar de un modo poético y también vital, cómo nos despojamos de pesos, preocupaciones y miserias y nos íbamos haciendo más livianos, "más ser y menos tener", para poder así acercarnos mejor a lo más alto, al CIELO"... como lugar-estado de ánimo, en el que sobre todo, se está bien en paz, el espacio de la luz, la transparencia, el que nos hace un poco más eternos y mejores. Y todo ello con la música de las campanas que nos envuelve, música social y música del cielo".
Siempre gratitud a mis dos excepcionales guías en este recorrido.