EXPERIMENTO EN CARRETERA A CUENTA DE LOS PAISAJES
Y digo experimento porque las 24 fotografías de esta entrada son las únicas que he podido salvar del casi un centenar tomadas en un trayecto entre la Comunidad de Madrid y la Valenciana viajando a mediados de primavera. Sin más equipo que mi pequeña cámara digital y posicionada en el asiento del copiloto de un automóvil en marcha, las vistas del exterior se perciben por encima del nivel del suelo y se suceden con tanta rapidez que resulta casi imposible obtener una fotografía encuadrada de cualquier posible sujeto a la vista. La parte positiva es que las imágenes están por todas partes y pulsar el disparador no resulta un esfuerzo caro. Puede que este tipo de imágenes sirvan solo para disfrute del autor, pero es que el hecho de hacerlas es como poco una experiencia excitante. Decía el gran fotógrafo Edward Steichen (1879-1973): "Una vez que empiezas a ver cosas, comienzas a sentir cosas". La fotografía en viajes personales y en solitario me sirve para entrenar la vista, ganar en experiencia y practicar sin miedo y sin complejos con la cámara. Nada de prejuicios visuales ni de centrarse demasiado en encontrar las condiciones perfectas. El reto ha de ser divertido y el transito por kilómetros y kilómetros de horizonte ha de dejar una imagen final única, que nadie más ha captado.