jueves, 10 de enero de 2019

VILLALCÁZAR DE SIRGA

2019-CAMPANAS DE CENTENARIO EN SANTA MARÍA LA BLANCA



Por cualquier dirección por la que nos acerquemos a Villalcázar de Sirga veremos desde la lejanía emerger sus casas en la llanura de Tierra de Campos, y sobre ellas, la majestuosa silueta de su iglesia. De las tres parroquias (San Cebrián, San Pedro y Santa María del Río) que hubo en tiempos en este término municipal, es Santa María la Blanca la única que perdura. Templo gótico asentado sobre suelo romano y construido en los siglos XIII-XIV junto a una fortaleza templaria que ayudaba y protegía a los peregrinos del Camino de Santiago de paso por la provincia de Palencia. Se consideraba de tal importancia este enclave que en 1919 fue declarado Monumento Nacional y BIC. En la lista del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de UNESCO (que establece que ciertos lugares de la Tierra con un "valor universal excepcional" pertenecen al patrimonio común de la humanidad) figura desde 2015 como elemento asociado de "Caminos de Santiago de Compostela, Camino Francés y Caminos del Norte de España". En este año 2019 se cumple el I Centenario de la efemérides para la que se preparan celebraciones extraordinarias.


Santa María la Blanca es un tesoro histórico, humano, monumental y artístico. Fue encomienda de la Orden del Temple hasta principios del siglo XIV y después de la Orden de Santiago. Famosa también por los milagros que de ella citó varias veces Alfonso X el Sabio en sus Cántigas: "Romeus que de Santiago -Ya forum-lle contando -Os miragres que a Virgen -Faz en Vila Sirga". 
Del exterior se destaca su cabecera con cinco ábsides, el amplio rosetón con tracería y la portada principal sobre la que se sitúa un friso escultórico de dos cuerpos. En el interior, alberga una rica dotación de retablos, esculturas, pinturas y sepulcros. En la capilla funeraria de Santiago se encuentra una imagen sedente de la Virgen de Villasirga, conocida popularmente como Virgen de las Cantigas. 



Villalcázar de Sirga tuvo como principal fuente de riqueza la agricultura y la ganadería. Su situación junto al río Ucieza la proporcionaba una fértil vega de la que obtenía cereales, legumbres y vino en abundancia. En la década de los sesenta del pasado siglo la localidad experimenta un notable despegue con numerosas intervenciones en la mejora de servicios públicos, estética del pueblo y cuantiosas inversiones por razones turísticas. En 1965 se inaugura el famoso Mesón de Villasirga, típico establecimiento de comida castellana. El municipio que recibe cada año a cientos de visitantes no se ha librado de un mal común a tantos y tantos pueblos españoles: la pérdida progresiva e imparable de población. En el año 2000 su censo era de 360 habitantes; a enero de 2018, contaba con 169 habs (fuente: INE)