martes, 29 de enero de 2019

ALICANTE. LA GARITA DE LA CAMPANA

EN EL CASTILLO DE SANTA BÁRBARA DE ALICANTE

Garita, en la arquitectura militar, se refiere a una pequeña torre levantada en el ángulo más saliente del baluarte de la fortaleza para el abrigo y protección de los centinelas. Y existe, la Garita de la Campana del Castillo de Alicante.
Alicante es una de las más antiguas ciudades del levante español de la que poco queda de su origen y fundación colonial griega. De la época musulmana, un breve espacio urbano de origen medieval al pie del monte Benacantil y el castillo de Santa Bárbara que corona esta cima a doscientos metros de altura sobre el nivel del mar. Atalaya natural y defensiva, fue enclave de diversos asentamientos humanos y que mantiene su estructura, incluso tras la conquista cristiana en 1248 por el infante Alfonso de Castilla (en el futuro, el rey Alfonso X el Sabio) aquel 4 de diciembre, festividad de Santa Bárbara de quien recibe el nombre. Fue ampliado en el siglo XV; al siguiente, se acomete su más intensa fortificación hasta quedar convertido en uno de los más importantes ejemplos de arquitectura militar. En el siglo XVIII desaparecen la mayoría de los elementos constructivos medievales y se perfila su fisonomía mediante la construcción de una gran plataforma artillera en la parte más elevada. Definitivamente desartillado en 1893, se usó en momentos puntuales como prisión hasta que en 1961 es declarado Monumento Histórico Artístico y se abre al público. El recorrido por el castillo es un encuentro dilatado con la historia de Alicante y sus protagonistas por rango social, político y militar.
El Macho a la zona más elevada de la fortaleza. Forma parte del primer recinto, la antigua Alcazaba Islámica que también se denominó la Torreta, la Torre del Homenaje (en 1463 se construye junto a ella la iglesia de Santa Bárbara)  la Torre del Hospital y la Torre de Sots-Alcaide, hoy desaparecidos. En la Guerra de Sucesión (1701-1713) la explanada queda convertida en una gran plataforma artillada para la defensa de la plaza y el puerto. En el siglo XIX se vuelve a enlosar junto con la Garita de la Campana, lugar que antaño ocupara la torre del mismo nombre. 
La visita es entretenida, didáctica, placentera, y hasta se dice, que aporta cierta energía mágica. Historia, leyendas, estancias y ese horizonte Mediterráneo... dan para buenas experiencias sensoriales. 

































lunes, 21 de enero de 2019

AMAYUELAS DE ABAJO. AMAYUELAS DE ARRIBA

Hacer una incursión en vivo y entrar en escena en cualquier pequeño pueblo del interior de la meseta castellana no implica que se vaya a modificar de modo alguno su vida, pero se le otorga la importancia de resistir a la despoblación y el abandono. Hurgar en su historia, conocer y palpar sobre el terreno su actualidad, captar las campanas... son experiencias que encienden mi ánimo. Hoy paseo por Tierra de Campos, por las dos Amayuelas: de Abajo y de Arriba. Pequeños y viejos pueblos palentinos labriegos, ganaderos y artesanos que pertenecieron al señorío de D. Diego Manrique. En la actualidad, Amayuelas de Abajo pertenece al Ayuntamiento de San Cebrían de Campos y Amayuelas de Arriba, al Partido Judicial de Astudillo. Entre ambos no suman el centenar de habitantes pero tienen mucho que enseñar. 


La iglesia de Amayuelas de Abajo está dedicada a San Vicente Mártir. Es de arquitectura gótica aunque conserva de época románica (principios del siglo XIII) el hemiciclo, la fachada occidental y el ala meridional donde se abre una sobria portada. Del interior, la cabecera mantiene su estructura original, y el resto, corresponde a ampliaciones de los siglos XVI y XVII. El templo se alza sobre una pequeña ondulación del terreno; para acceder a la portada nos han de abrir. 







La iglesia de Amayuelas de Arriba está dedicada a Santa Columba. Es un templo románico de finales del siglo XII, de una sola nave al que le fueron añadidos con posterioridad dos tramos laterales barrocos. Construida en piedra lleva sobre la portada una espadaña de ladrillo de cinco vanos dispuestos en tres alturas. Al igual que su vecina de Amayuelas de Abajo, se ubica sobre una elevación del terreno y antiguamente compartió espacio con un cementerio.








jueves, 10 de enero de 2019

VILLALCÁZAR DE SIRGA

2019-CAMPANAS DE CENTENARIO EN SANTA MARÍA LA BLANCA



Por cualquier dirección por la que nos acerquemos a Villalcázar de Sirga veremos desde la lejanía emerger sus casas en la llanura de Tierra de Campos, y sobre ellas, la majestuosa silueta de su iglesia. De las tres parroquias (San Cebrián, San Pedro y Santa María del Río) que hubo en tiempos en este término municipal, es Santa María la Blanca la única que perdura. Templo gótico asentado sobre suelo romano y construido en los siglos XIII-XIV junto a una fortaleza templaria que ayudaba y protegía a los peregrinos del Camino de Santiago de paso por la provincia de Palencia. Se consideraba de tal importancia este enclave que en 1919 fue declarado Monumento Nacional y BIC. En la lista del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de UNESCO (que establece que ciertos lugares de la Tierra con un "valor universal excepcional" pertenecen al patrimonio común de la humanidad) figura desde 2015 como elemento asociado de "Caminos de Santiago de Compostela, Camino Francés y Caminos del Norte de España". En este año 2019 se cumple el I Centenario de la efemérides para la que se preparan celebraciones extraordinarias.


Santa María la Blanca es un tesoro histórico, humano, monumental y artístico. Fue encomienda de la Orden del Temple hasta principios del siglo XIV y después de la Orden de Santiago. Famosa también por los milagros que de ella citó varias veces Alfonso X el Sabio en sus Cántigas: "Romeus que de Santiago -Ya forum-lle contando -Os miragres que a Virgen -Faz en Vila Sirga". 
Del exterior se destaca su cabecera con cinco ábsides, el amplio rosetón con tracería y la portada principal sobre la que se sitúa un friso escultórico de dos cuerpos. En el interior, alberga una rica dotación de retablos, esculturas, pinturas y sepulcros. En la capilla funeraria de Santiago se encuentra una imagen sedente de la Virgen de Villasirga, conocida popularmente como Virgen de las Cantigas. 



Villalcázar de Sirga tuvo como principal fuente de riqueza la agricultura y la ganadería. Su situación junto al río Ucieza la proporcionaba una fértil vega de la que obtenía cereales, legumbres y vino en abundancia. En la década de los sesenta del pasado siglo la localidad experimenta un notable despegue con numerosas intervenciones en la mejora de servicios públicos, estética del pueblo y cuantiosas inversiones por razones turísticas. En 1965 se inaugura el famoso Mesón de Villasirga, típico establecimiento de comida castellana. El municipio que recibe cada año a cientos de visitantes no se ha librado de un mal común a tantos y tantos pueblos españoles: la pérdida progresiva e imparable de población. En el año 2000 su censo era de 360 habitantes; a enero de 2018, contaba con 169 habs (fuente: INE)



miércoles, 2 de enero de 2019

DUEÑAS. EL BELÉN DEL RETABLO DE LA ASUNCIÓN

Lo bello produce agrado y en sus formas distintas, asombra por su grandeza y valor. La belleza surge cuando se da una feliz integración de la sensibilidad y el espíritu, los elementos expresivos y la realidad que se manifiesta en ellos. Las formas confieren una estructura, un modo específico de ordenación para comprenderlos. Algo que detecto en cada visita al inmenso templo de Santa María de la Asunción de Dueñas. En la provincia de Palencia, y comarca histórica del Cerrato Castellano se encuentra esta parroquia que comenzó a construirse a finales del siglo XII y estilo de transición del románico al gótico. Su arquitectura y riqueza artística la convierten en uno de los conjuntos monumentales más importantes de Castilla y León. En esta ocasión me he detenido en su Retablo Mayor que como todos, cuentan historias y viene a propósito para el tiempo de Navidad en el que nos encontramos. 


Restaurado en 2009/2010 que dejó al descubierto su policromía original, data su construcción de 1510 a 1518, un proceso costoso y lento al estilo tardogótico e hispano-flamenco de los maestros y entalladores: Antonio de Malinas, Giralte de Bruselas, Pedro Manso y Alonso de Ampudia. 
El retablo mide desde el suelo 12,10 metros de alto por 7,80 metros de ancho. Las figuras y relieves están dispuestas sobre cinco calles y cuatro entrecalles. Comparte un espacio de gran profundidad con el coro del cabildo y algunos panteones. Fue realizado en madera policromada; la estructura, los doseletes y la imagen central de la Asunción de la Virgen, en madera de pino y el resto de relieves en madera de nogal. Entre figuras individuales, en el retablo encontramos representadas escenas de la vida de Jesús y de la Virgen ordenadas cronológicamente de izquierda a derecha y de abajo hacia arriba. De las quince escenas relatadas, ocho están dedicadas a la infancia de Jesucristo y ocupan los dos primeros cuerpos: La Anunciación, la Visitación, La Natividad, El Anuncio a los pastores, la Circuncisión, la Adoración de los Reyes, la Huida a Egipto y la Matanza de los Inocentes. "Un Nacimiento" que no se guarda para que en cualquier época del año podamos ir a contemplarlo y soltar en chorro la mirada sobre tanta calidad y belleza artística. Y otro acierto redondo: encontrar frente al retablo un panel indicativo con la posición que ocupa cada escena y la identidad del resto de personajes.