En la cita del otoño, por tamaño y decoración, siempre sorprende el resultado. Acentuada por las oscilaciones térmicas y el calendario de la naturaleza, la luz sobre la diversidad ambiental produce unos contrastes únicos. Los árboles llaman mucho la atención. Pierden las hojas.- signo inequívoco de que se preparan para el periodo de descanso vegetativo. Pasan por una poda.- cura de rejuvenecimiento. Si hay que arrancar.- se hacen votos para que otro venga a ocupar su puesto. En noviembre son las hojas con sus colores las que caen y los frutos de otras especies los que emergen como un festival desempeña su papel al modo natural y tradicional. Me gusta de otoño lo concreto, su fundamento y el contacto preciso, por muy triste y serio que se ponga... un día cualquiera, y en un sentido amplio, por imagen y sentimientos.
A menos de un mes para que comience el invierno, vamos guardando su paso.
El reportaje de esta mañana con chubascos dispersos y 8ºC.