martes, 18 de abril de 2017

LO SINGULAR DEL PATRIMONIO RELIGIOSO. SAN PEDRO DE CERVATOS

El patrimonio espiritual sobre el que se asienta la nación española y en el que se entronca su ser tiene una raíz latina pero con la originalidad que le otorgan las circunstancias históricas de los diferentes pueblos que llegaron para habitarla y la fuerza con que arraigaron las creencias que traían. Patrimonio espiritual es el legado alcanzado por una comunidad en sus sentimientos religiosos y en su desarrollo estético, literario, plástico, arquitectónico o del lenguaje. En los usos, costumbres y leyes. En todo cuanto modela un carácter y lo singulariza, lo diferencia. Patrimonio religioso es un misterio sorprendente y silencioso que absorbe las raíces de la tierra y recorre los espacios regalándonos óptimos frutos donde recrearse con una buena proporción de maravilla y espectáculo repleto de significado y de vida. Patrimonio que emerge de lo sobrenatural y santo pero como obra humana, a veces independiente, a veces, desmesurada que de ningún modo, es sólo cuerpo y sentidos, sino espíritu que oye, reflexiona y aprende para dejar su mensaje con infinita claridad. Y así, como chispas de un brasero que se enciende, van apareciendo lugares y formas para mirar y admirar, abrir los ojos y la mente a figuras y hechos pasados a los que agregar su gran influencia y la huella que dejaron para las generaciones futuras. A pesar del tiempo, de los accidentes del frío, del calor, lluvia, viento... el magnetismo de los cuerpos perdura y tienen fuerza sobrada para mudar un estado de ánimo en cualquier sentido durante horas. Los artistas del románico fueron admirados por sus contemporáneos como ahora nos lo parece a nosotros. Leo que sus límites sólo los podemos sospechar, nunca fijar; que ejercieron la más intensa influencia sobre las tallas de su época según sus intereses. Como admiradora ingenua, nunca me atrevería a resolver ninguno de los enigmas que plantea la visión de la Colegiata de San Pedro de Cervatos en Campoo de Enmedio. Un templo católico que por el exterior, sobre capiteles y canecillos son un carnaval de contenido sexual y costumbres amatorias de la Edad Media. Iconografía erótica que ha dado lugar a todo tipo de análisis e interpretaciones y previsiblemente, aún muy desconocido. 
Y aquí lo dejo para que cada cual en función de su interés busque e interprete.