El municipio de Urueña se presenta como villa fortaleza medieval con un recinto amurallado de los mejor conservados de la provincia de Valladolid. Densidad pequeña de población para este municipio incluido en la red de los pueblos más bonitos de España y donde bulle la cultura. Urueña es Villa del Libro. Tiene Museo Etnográfico. Museo de Campanas. Museo del Cuento,.Museo de la Música. Museo del Gramófono y nueve librerías. Desde lo alto de la muralla se domina la inmensa llanura de Tierra de Campos. Ubicado en las estribaciones de los Montes Torozos el pueblo es una suma de atractivos y contrastes. Por sus calles hay movimiento en cualquier época del año. Monumentalmente su parte más visible es la fuerte muralla con la Puerta de la Villa, al sur y la del Azogue, al noreste. Del castillo se conserva poco y otros monumentos que atraen son la ermita de Ntra Sra de la Anunciata (románica) la iglesia con espadaña de Santa María del Azogue (renacentista) y la Casona de Mayorga del siglo XVIII donde está instalado el Centro Etnográfico Joaquín Díaz dedicado al estudio y la difusión de la cultura tradicional, el Museo de Campanas con piezas pertenecientes a la fundición Campanas Quintana del municipio palentino de Saldaña y el Aula de Arqueología Mercedes Rueda. Urueña se me antoja que es de los lugares donde se vuelve más de una vez.
domingo, 30 de abril de 2017
martes, 18 de abril de 2017
LO SINGULAR DEL PATRIMONIO RELIGIOSO. SAN PEDRO DE CERVATOS
El patrimonio espiritual sobre el que se asienta la nación española y en el que se entronca su ser tiene una raíz latina pero con la originalidad que le otorgan las circunstancias históricas de los diferentes pueblos que llegaron para habitarla y la fuerza con que arraigaron las creencias que traían. Patrimonio espiritual es el legado alcanzado por una comunidad en sus sentimientos religiosos y en su desarrollo estético, literario, plástico, arquitectónico o del lenguaje. En los usos, costumbres y leyes. En todo cuanto modela un carácter y lo singulariza, lo diferencia. Patrimonio religioso es un misterio sorprendente y silencioso que absorbe las raíces de la tierra y recorre los espacios regalándonos óptimos frutos donde recrearse con una buena proporción de maravilla y espectáculo repleto de significado y de vida. Patrimonio que emerge de lo sobrenatural y santo pero como obra humana, a veces independiente, a veces, desmesurada que de ningún modo, es sólo cuerpo y sentidos, sino espíritu que oye, reflexiona y aprende para dejar su mensaje con infinita claridad. Y así, como chispas de un brasero que se enciende, van apareciendo lugares y formas para mirar y admirar, abrir los ojos y la mente a figuras y hechos pasados a los que agregar su gran influencia y la huella que dejaron para las generaciones futuras. A pesar del tiempo, de los accidentes del frío, del calor, lluvia, viento... el magnetismo de los cuerpos perdura y tienen fuerza sobrada para mudar un estado de ánimo en cualquier sentido durante horas. Los artistas del románico fueron admirados por sus contemporáneos como ahora nos lo parece a nosotros. Leo que sus límites sólo los podemos sospechar, nunca fijar; que ejercieron la más intensa influencia sobre las tallas de su época según sus intereses. Como admiradora ingenua, nunca me atrevería a resolver ninguno de los enigmas que plantea la visión de la Colegiata de San Pedro de Cervatos en Campoo de Enmedio. Un templo católico que por el exterior, sobre capiteles y canecillos son un carnaval de contenido sexual y costumbres amatorias de la Edad Media. Iconografía erótica que ha dado lugar a todo tipo de análisis e interpretaciones y previsiblemente, aún muy desconocido.
Y aquí lo dejo para que cada cual en función de su interés busque e interprete.
viernes, 7 de abril de 2017
VIACRUCIS DE ARCOS DE JALÓN
Al detenerse sobre un territorio lo primero que interesa es el paisaje y lo que genera como realidad del lugar que se pisa. Todo lo demás es cuestión de matices, de contenido, de significado, de lo creado por el hombre que emana con su naturalidad, diversidad, funcionalidad, riqueza... Es entender con sentido y valoración cuántos de estos elementos fueron adaptados a unas necesidades, a unas prácticas concretas. Si el patrimonio es siempre comunicación, un viacrucis es un camino; un camino de rodar con brújula.
Los Vía Crucis, culturalmente, no son piezas que gocen de la mayor sensibilización por parte de Patrimonio en cuanto a conservación y cuidados porque son numerosos especialmente en zonas rurales, los que aparentan abandono, en mal estado sus elementos y el entorno pero aún así, se mantienen en el mismo lugar para el que fueron ideados como testigos del valor cultural y dimensión religiosa de una zona que en la práctica, sigue usando. Vía Crucis es la expresión latina que se traduce como "Camino de la Cruz" "Estaciones de la Cruz" o "Vía Dolorosa", una devoción centrada en los misterios de Cristo que se meditan y contemplan caminando y deteniéndose en cada una de las 14 estaciones de las que se compone; un recorrido que generalmente se hace en grupo, con devoción y recogimiento. En una versión actual se ha añadido una decimoquinta estación dedicada a la Resurrección de Jesús y que fue introducida en 1991 bajo el auspicio de Juan Pablo II. Cada estación (recitada o acompañada de cánticos) tiene un núcleo central expresado en un pasaje del Evangelio o tomado de la devoción cristiana que los adapta a las costumbres y tradiciones de la región o comunidad eclesial. El arte ha producido obras maravillosas representando estas catorce escenas de la pasión del Señor y hay muchos de carácter monumental por el mundo.
El que hoy traigo al blog es la sencillez de lo rural y se encuentra en la subida a los restos del castillo de Arcos de Jalón, municipio y villa de la provincia de Soria. Apenas he podido encontrar datos históricos y artísticos sobre él y las imágenes son la mejor presentación que puedo ofrecer. Al final se encuentra la torre del homenaje del castillo y un monumento dedicado al Corazón de Jesús, que interpreto como la decimoquinta estación.
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