martes, 12 de septiembre de 2017

LIÉBANA EN AÑO JUBILAR

En el corazón de los Picos de Europa, en Cantabria y en un entorno de naturaleza rica y espectacular se encuentra el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Una vieja tradición habla de que el monasterio cuyo nombre primero fue San Martín de Turieno, lo fundó Santo Toribio de Palencia que junto a otros seguidores se retiró a estos parajes solitarios del Monte de la Viorna para dedicarse a la oración y a la conversión de los paganos (s. VI), otra, que fue Santo Toribio de Astorga que peregrinó a Jerusalén y de vuelta, trajo entre otras reliquias el Lignum Crucis que permanecen en este lugar junto a sus restos. Dos versiones que aún hoy son objeto de estudios históricos. Santo Toribio es uno de los monasterios más antiguos de España y en este 2017, un lugar indicativo para disfrutar cada bocanada de aire, de espacio, de paisaje, de patrimonio, de cultura y hasta de leyenda. Fue en el siglo XII cuando el monasterio cambió su nombre fundacional para pasar a llamarse simplemente, Santo Toribio de Liébana. Hasta 1835 estuvo ocupado por Benedictinos que fueron obligados a irse con la desamortización. Pasó un tiempo a cargo del clero secular y desde 1961 lo habitan Franciscanos. Hoy tiene categoría de Santuario y una proyección relevante en el mundo de la religiosidad hispánica.
Dos fiestas grandes celebra Santo Toribio de Liébana: el 16 de abril, por el patrón, que al coincidir este año en domingo tiene el añadido de Año Jubilar y el 14 de septiembre, Exaltación de la Santa Cruz. 







Las referencias histórico-artísticas del monasterio como todo lo externo tienen un largo recorrido a razón de las épocas y las circunstancias. Las estancias que hoy nos encontramos y perviven conservan la austeridad y la sencillez. Es un monasterio sobrio, recogido y humilde en su estilo. La actual iglesia se construyó en 1256 con las directrices del gótico monástico de influencia cisterciense. De planta rectangular y dos portadas al exterior. La Puerta del Perdón que se abre para el Jubileo lleva adornos en relieve del escultor Manuel Pereda de la Reguera. A los pies de la edificación, una maciza torre de campanas y por encima de los tejados, una linterna poligonal que corona la capilla del Lignum Crucis. La cabecera por el interior posee tres ábsides y en los capiteles se concentra la escasa decoración figurada con cabezas humanas y de animales. En el ábside del evangelio hay una estatua yacente de Santo Toribio documentada desde principios del s. XIV en madera de olmo. En el ábside central, la imagen de la Virgen de los Ángeles, renacentista. Las vidrieras fueron realizadas en el Año Jubilar 2000. El claustro de sillería, es herreriano del s. XVII. La capilla del Lignum Crucis es de una sola nave de tres tramos y sobre el intermedio se eleva una magnífica cúpula con linterna. Aquí se desborda la decoración y los elementos simbólicos pero, la mirada se fija una y otra vez en el baldaquino dorado que contiene en una cruz de plata dorada y en ella la reliquia.









Santo Toribio de Liébana lleva más de mil años guardando y venerando este trozo de la Cruz de Cristo, el Lignum Crucis. Esta es la razón, la fuerza y el motivo para los creyentes y para otras muchas personas que a lo largo de este año pasarán por allí para expresar su fe, para encontrar respuesta a inquietudes profundas o para dar contenido a muchas demandas. Es Año Jubilar, de peregrinación y de protagonismo excepcional y el Jubileo Lebaniego, historia, tradición, encuentro personal, unión religiosa, alegría, paz, reconciliación, cultura, respeto a toda vida, a la naturaleza. En un radio de medio kilómetro alrededor del monasterio se encuentran un conjunto de ermitas y lugares míticos lebaniegos como ejemplo, Cueva Santa y San Miguel. 




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