CAMPANAS POR LA TRINIDAD

En la medida de las posibilidades de transporte y compañia mis propuestas de recreo, viaje y expansión tiran sin dudarlo hacia la naturaleza, los espacio abiertos y los pueblos. Busco el acercamiento a una puesta en escena de personas, personajes, lugares y sitios que aderezo con mucha admiración y un poco de fascinación romántica al tiempo que no me despido sin haber establecido un nexo de sentimiento porque la experiencia da a veces alegrías y a veces, ganas de llorar cuando en tantos pueblos pequeños se advierte la despoblación, el abandono y hasta la ruina; con todo y con eso, me sobran argumentos para fomentar estos encuentros.
Esta vez he ido de camino y parada a Cozuelos de Ojeda con íntima y sugestiva alegría, localidad situada en un valle de terreno amplio y ondulado del norte de la provincia de Palencia. Cozuelos me dice casi todo de raíces de la tierra, de vida y costumbres, de esperanzas y sueños, de pesares y dolencias, de recuerdos de veranos frescos e inviernos rudos, de casas grandes, de bueyes y corrales, de aperos y labranza, de hogares y fiestas... al estilo de la vieja Castilla como lo conocí por mis mayores.
Esta vez he ido de camino y parada a Cozuelos de Ojeda con íntima y sugestiva alegría, localidad situada en un valle de terreno amplio y ondulado del norte de la provincia de Palencia. Cozuelos me dice casi todo de raíces de la tierra, de vida y costumbres, de esperanzas y sueños, de pesares y dolencias, de recuerdos de veranos frescos e inviernos rudos, de casas grandes, de bueyes y corrales, de aperos y labranza, de hogares y fiestas... al estilo de la vieja Castilla como lo conocí por mis mayores.
Kaozolos, Cozollos, Cuzolo, Coçuelos o ike-ao-zulo (el hoyo de la cuesta) son nombres que ha llevado en el tiempo. Cozuelos a secas, para los íntimos, fue un municipio independiente hasta los años 70 que pasó a pertenecer al Ayuntamiento de Aguilar de Campoo.
De su patrimonio monumental histórico queda en lugar destacado el templo renacentista de Nuestra Señora de la Asunción (1526), con torre herreriana e importantes joyas artísticas en su interior. Frente a la parroquia y formando parte del conjunto arquitectónico que recibe nada más entrar al pueblo, el cementerio y los restos del catalogado "conjuradero de nublos", ejemplo de los pocos que se conservan. Una vez dentro del casco poblacional hay que detenerse frente a algunas bellas casonas, en la fuente y en la ermita de Santo Tomás. Obligado alcanzar el alto de Peña Torrecilla a modo de pequeña excursión y planear sobre el paisaje; arroyos, montes y valles se ofrecen pletóricos por los más de ochenta pagos que dan fisonomía y riqueza a este bonito y tranquilo municipio que en esta primavera y para la Trinidad (Fiestas Patronales) se ha visto beneficiado con obras de ensanche y mejora del firme de su principal vía de acceso. Al final del reportaje fotográfico, cita del origen de esta fiesta en la localidad.
De su patrimonio monumental histórico queda en lugar destacado el templo renacentista de Nuestra Señora de la Asunción (1526), con torre herreriana e importantes joyas artísticas en su interior. Frente a la parroquia y formando parte del conjunto arquitectónico que recibe nada más entrar al pueblo, el cementerio y los restos del catalogado "conjuradero de nublos", ejemplo de los pocos que se conservan. Una vez dentro del casco poblacional hay que detenerse frente a algunas bellas casonas, en la fuente y en la ermita de Santo Tomás. Obligado alcanzar el alto de Peña Torrecilla a modo de pequeña excursión y planear sobre el paisaje; arroyos, montes y valles se ofrecen pletóricos por los más de ochenta pagos que dan fisonomía y riqueza a este bonito y tranquilo municipio que en esta primavera y para la Trinidad (Fiestas Patronales) se ha visto beneficiado con obras de ensanche y mejora del firme de su principal vía de acceso. Al final del reportaje fotográfico, cita del origen de esta fiesta en la localidad.
Rafael Bravo y Bravo nació en Cozuelos el 17 de octubre de 1698 debió emigrar a México muy joven; hizo carrera y fortuna y no olvidó a su pueblo.
| Bibliografía: PALENCIA EN AMÉRICA. Santiago Francia Lorenzo. Pág 213 |
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