viernes, 9 de febrero de 2018

CARNAVAL DE NIEVE EN LA PERNÍA Y LOS REDONDOS

En este comienzo de febrero del 2018 la vida en la alta Montaña Palentina es una cuna de nieve.  Reina un clima frío y un paisaje blanco de bonanza que promete agua y un dosel vegetal cuando desaparezca el gélido manto de las laderas de las montañas, los caminos, las praderas y los prados y comiencen a despuntar las especies de plantas, árboles y vegetación autóctona. La montaña es fusión y armonía aunque en estas condiciones extremas no facilita precisamente la vida cotidiana a sus habitantes. La relativa facilidad de acceso a la zona con los medios actuales aún en las peores condiciones para la circulación de vehículos, hace que sea posible llegar a estas alturas de visita donde se obtienen vistas apoteósicas de gran valor paisajístico y ambiental para los que aman estos entornos naturales, biológicos y geológicos. Un enclave geográfico que se encuentra ubicado en la parte norte de la región natural de la Montaña Palentina con altitudes que oscilan entre los 1.200 metros y los 2.200, terrenos pertenecientes a la clasificación de alta montaña. La acción conjunta de su carácter montañoso y de la latitud condicionan unos inviernos particularmente largos y rigurosos en los que las temperaturas medias son bastante bajas como consecuencia de unas máximas poco elevadas y unas mínimas que reflejan con claridad el rigor invernal. Desde el mes de noviembre, las temperaturas experimentan un considerable descenso y no se recuperan hasta la primavera. Los pueblos dependen de las explotaciones agrícolas y ganaderas entre las que se mezclan las técnicas de una modernización creciente y estructuras arcaicas que cumplen una importante función complementaria en la economía de muchas familias. Nuestro reportaje fotográfico va de nieve sobre áreas habitadas, de vecindario. Sin más palabras. 















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