viernes, 14 de julio de 2017

SÓLO APARIENCIAS SOBRE EL PAISAJE

Apariencia: aspecto de seres y cosas que parecen y no son. Ruinas: es lo caído, lo destruido por ese pequeño monstruo que es el paso del tiempo y sus circunstancias. Apariencias en ruina sobre el paisaje es el encuentro, la observación y echar a la espalda los pensamientos y las preguntas acerca de las razones por  las que mueren las cosas que una vez sirvieron a la vida de la gente y hoy, no merecer más importancia que la de permanecer a la intemperie donde solo les asiste el paso de un sol y otro sol con lentitud y una monotonía desesperante a la vez que los mata por frágiles, a pequeñas dosis y a tiempo completo. En el medio rural castellano, el inventario se nos hace infinito y si alguna belleza les queda, ésta sería la del recuerdo.
Me sorprenden a menudo estas experiencias e intento no ignorarlas por aquello que dijo el autor: "Por más que los tiempos agoten o sofoquen la herencia y que el olvido sentencie su existencia; por más que la inercia los oprima, todo se da al testimonio y dignifica la referencia al pasado.". Por lo común, voy y regreso de mis escapadas por esos y aquellos lugares con una expresión feliz y de vigoroso entusiasmo; el gozo, sólo se esfuma cuando saltan a la vista apariencias de pocos ruidos terrestres porque pintan poco en el paisaje vivo, no producen ni tienen beneficio porque perdieron sus originales formas y usos para quedar en continentes sin contenido, en vacíos arquitectónicos que no han desaparecido del todo pero, tampoco ofrecen ninguna ventaja ni rastro de la vida de la que presumieron. Así, la secuencia consiste en observar callada por largo rato, tomar unas fotos y dejar serenamente que el ánimo se caiga con la precisión de la que tiran los sentimientos. El ritual llega a su fin cuando decido dar media vuelta y mirar para otro lado. En mi ayuda acude una voz interior que viene a decirme como sin querer: ¡Déjalo estar! y parto hacia otro lugar liberada de la efímera flaqueza.