Para curar lamentos y levantar el ánimo a estas alturas del invierno por la falta de agua y nieve en Castilla y León es fácil distraerse con interés por la diversidad y belleza de los paisajes y espacios naturales que existen en tan vasta extensión. Una escapada desde el norte palentino y desvío por Aguilar de Campoo para adentrarse en el Páramo de la Lora y provincia de Burgos, es disfrutar de dos áreas que constituyen una misma unidad fisiográfica. Con una altitud comprendida entre los 1.000 y 1.200 metros, La Lora presenta en toda su superficie una red muy densa de microfracturas por las que se filtra el agua de lluvia que, una vez en su interior origina un proceso kárstico de espectaculares resultados. La zona posee, enseña y goza de exclusivos paisajes naturales, patrimoniales y culturales que nunca dejan de sorprender.
Esta vez el objetivo es alcanzar los cañones labrados del Ebro y del Rudrón y llegar al tesoro natural donde renacen las aguas de Pozo Azul muy próximo a la localidad de Covanera. Entre las numerosas cuevas y manantiales de la comarca, Pozo Azul es una joya castellana muy visitada y un referente a nivel internacional que exploran espeleólogos y expertos subacuáticos, un manantial del que brota el agua con un llamativo color azul, muy fría y transparente.
La cavidad desciende en vertical a 10 metros de profundidad y con siete de diámetro para perderse por el interior de la montaña y a donde solo han podido llegar y contar de sus entrañas unos pocos valientes que en sucesivas inmersiones han ido descubriendo tramos, galerías, sifones y especies de fauna que ya ha detallado el Museo Nacional de Ciencias. Es un acierto hacer la visita en estos primeros meses del año por la tranquilidad con que puedes moverte por el entorno; en épocas más benignas climatológicamente hablando, es un hervidero de gente. A cinco grados bajo cero a media mañana y con sol, es necesario ir bien provistos de ropa y calzado de abrigo que hay que echar pie a tierra y meterse por pistas y caminos. Ruta de senderismo que no impide hacer las paradas oportunas para tomar el tentempié caliente que por la zona te los sirven abundantes, contundentes y deliciosos.
En Covanera te recibe y te despide "El Parentón", una de las espectaculares rocas verticales esculpidas por el agua y que el viento y la erosión han ido puliendo. Pozo Azul posee también alguna historia trágica real y una leyenda de amoríos que la hace aún más excepcional.
Esta vez el objetivo es alcanzar los cañones labrados del Ebro y del Rudrón y llegar al tesoro natural donde renacen las aguas de Pozo Azul muy próximo a la localidad de Covanera. Entre las numerosas cuevas y manantiales de la comarca, Pozo Azul es una joya castellana muy visitada y un referente a nivel internacional que exploran espeleólogos y expertos subacuáticos, un manantial del que brota el agua con un llamativo color azul, muy fría y transparente.
La cavidad desciende en vertical a 10 metros de profundidad y con siete de diámetro para perderse por el interior de la montaña y a donde solo han podido llegar y contar de sus entrañas unos pocos valientes que en sucesivas inmersiones han ido descubriendo tramos, galerías, sifones y especies de fauna que ya ha detallado el Museo Nacional de Ciencias. Es un acierto hacer la visita en estos primeros meses del año por la tranquilidad con que puedes moverte por el entorno; en épocas más benignas climatológicamente hablando, es un hervidero de gente. A cinco grados bajo cero a media mañana y con sol, es necesario ir bien provistos de ropa y calzado de abrigo que hay que echar pie a tierra y meterse por pistas y caminos. Ruta de senderismo que no impide hacer las paradas oportunas para tomar el tentempié caliente que por la zona te los sirven abundantes, contundentes y deliciosos.
En Covanera te recibe y te despide "El Parentón", una de las espectaculares rocas verticales esculpidas por el agua y que el viento y la erosión han ido puliendo. Pozo Azul posee también alguna historia trágica real y una leyenda de amoríos que la hace aún más excepcional.