Dejarse caer por el medio rural de Tierra de Campos es arriesgarse a la aventura fugaz de conocimiento y experiencias sin más referencia que la observación y el anhelo de sentirse una vez más, íntima y emocionalmente tocada por el lugar. Vuelvo después de años a Cervatos de la Cueza, cuna de ilustres palentinos para patear sus calles, detenerme discretamente frente a casas y edificios, tomar apuntes, fotografiar lo público y con mucha suerte, saludar y compartir charla con algún vecino que se preste a dar datos y señales de lo que por allí se valora, se presume y se cuida; ellos son la esencia que traen a mi memoria a personas que aquí nacieron y se quedaron para siempre en el corazón; son las raíces de hijos y nietos correctamente aprendidas y celosamente guardadas, memorizadas para mantener la exactitud de las mismas.
Un agradable reencuentro con los recuerdos y un disfrute reconocer los lugares que perduran visiblemente mejorados y aprovechados porque Cervatos es un pueblo de historia. Por lo que ha significado en el devenir de la localidad, mencionar que aquí nació en 1728 el capitán Juan Martín que se casó con Gregoria Matorras, natural de Paredes de Nava. Partieron a las Américas donde llegó a ser Gobernador del Departamento de Yapeyú (Argentina) y allí nació su hijo, José San Martín que con el tiempo sería héroe de la Independencia del país americano hasta el punto de que el estado argentino le honra con el título de "Padre de la Patria" junto a Simón Bolívar. La vinculación de Cervatos de la Cueza con la República de Argentina es larga en hechos y relaciones; una reciente sucedió el pasado año cuando una delegación del Ayuntamiento junto a otras autoridades palentinas fueron recibidos en audiencia por el papa Francisco en Roma (de nacionalidad argentina) En el propio municipio ya se puede visitar la Casa-museo de los San Martín o la parroquia de San Miguel y Santa Columba de estilo colonial de mediados del siglo XX, la plaza del Ayuntamiento con su monumento y hacer un paseo agradable por el entorno. Cervatos tuvo en tiempos dos parroquias. la anteriormente mencionada y San Miguel, incendiada en 1934 y de la que queda la torre. Intervenciones recientes permiten disfrutar bien de este monumento y su entorno.