jueves, 28 de abril de 2016

EN ARCHIVO EL PUENTE DE VILLAMURIEL

Hay un antes y habrá un después sobre la imagen del Puente de piedra de Villamuriel de Cerrato. Ahora permanece cerrado por algo que la ha hecho mella a su estructura en forma de derrumbe de uno de los salientes que los viandantes utilizan como resguardo al paso del tráfico rodado porque no dispone de aceras. Pendiente de reparación en tiempo indeterminado.
¿Se pudo prevenir? Tal vez... también supongo que sucedió por sus muchos años y por cuanto le ha ido afectando. Cruzaba este puente a diario y algunos días, varias veces. Nos gustabamos; le hice decenas de fotografías a lo largo y ancho, en detalle y al entorno. Con este blog doy por cerrado temporalmente mi archivo documental sobre este monumento para no aburrir y hasta que recupere su forma y uso. En las situaciones límite se aprende a estimar las cosas cotidianas que facilitan la vida y que la mayoría de las veces simplemente, utilizamos. Hoy solo me salen palabras tristes y quejas profundas y la imaginación no da para entusiasmos. Es legado, señal e historia villamurielense sin servicio y en horas bajas, de ausencia y soledad amarga porque no tiene paso ni paseantes de ir y venir, ni observadores atentos con los que entablar comunicación de saludo o diálogo y hasta tomarle fotografías te coge a contrapié que bien señalizada está la prohibición de pasar en ambos extremos. Cuando nos volvamos a encontrar tendrá nueva imagen y os contaré.














jueves, 14 de abril de 2016

DEL MUY PALENTINO PEDRO GONZÁLEZ TELMO

14 DE ABRIL SAN TEMO

Pedro González Telmo, San Telmo, fue hombre de grandes dones y santo bien conocido y presente en la zona sur de Palencia: da nombre a una avenida, un barrio, una parroquia, un complejo hospitalario, una residencia de ancianos y a una clínica dental... 
Especial también la veneración que se le profesa en la localidad de Frómista donde nació a finales del siglo XII y de la que es patrón y con cofradía. 
Telmo, por privilegios vitales parece que lo tuvo fácil para darse en sus primeros años a una vida de vanidades y honores. Sobrino de obispo y estudiante aventajado en una recién abierta universidad de Palencia es nombrado canónigo de la catedral muy jóven y al poco, Deán, primera dignidad después del obispo un nombramiento prometedor de un bien atado y despejado futuro. Ocurrió entonces, que durante el recorrido a caballo por las calles de la ciudad para ser aclamado por el pueblo, el caballo se desbocó y le tiró al suelo y provocando las risas y las burlas de los palentinos. Tan mal  encajó Telmo el suceso, que ni corto ni perezoso renuncia al nombramiento de Roma y opta por el ingreso en el convento dominicano de Palencia que acababa de fundar Santo Domingo. Estudia, modela su espíritu, gana en oratoria y se hace predicador. Su sabiduría y don de palabra le lleva hasta el rey Fernando III que le nombra su consejero y confesor además de capellán de los ejércitos que por entonces combatían contra los moros. No le gustaba este cargo y abandona la corte para ir a predicar a Asturias entre los pescadores y marineros. Luego fueron gallegos y portugueses sus fieles y mejores testigos para alcanzar la santidad.